martes, 17 de enero de 2012
Los retos de la Nutrición Pública que enfrenta la Lactancia Materna
La publicidad juega un papel importante en el descenso de la lactancia exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, sin decir que ésta sea la única razón. Actualmente, al prender un televisor casi en cualquier canal, se encuentran propagandas alusivas a los sustitutos de la leche materna o también llamados “leche de tarro”; en las cuales hablan del aporte de grandes nutrientes y del buen desarrollo que pueden proporcionar a los bebés por el consumo de estos productos. Las madres deslumbradas, lo compran pensando que es la mejor nutrición -incluso por encima de la leche materna- que pueden brindar a sus bebés. En dichas propagandas, alardean de montones de nutrientes y quizás sí los tengan, pero la biodisponibilidad no será igual a la de la leche materna. Estos sustitutos, se recomiendan en casos extremos, cuando definitivamente no hay forma de lactar al bebé, sin embargo, lo ideal será siempre la lactancia exclusiva hasta los 6 primeros meses de vida.
En algunos países se ha adoptado el Código Internacional para la Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, su cumplimiento es voluntario. En realidad, el código no es muy estricto y no es una solución eficaz para el problema, ya que se basa mucho en la comercialización y promoción de dichos productos en centros de salud y dejan por fuera el resto de territorio. Una medida que podría resultar un poco más efectiva, sería la venta de sucedáneas de la leche materna sólo bajo fórmula médica, esto podría evitar en parte la comercialización indiscriminada innecesariamente. Medicar sólo en casos extremos como muerte de la madre o enfermedades infecciosas que evitan una adecuada lactancia. Además, vigilar y controlar la publicidad de estos productos. Aquí cabe mencionar, que la industria y la ambición de dinero juegan cada vez más, un papel importante en la salud, ya que prima el individualismo al bien colectivo. No importa si al sacar al mercado un producto es bueno o malo, sólo les importa que sea rentable. Esa misma industria y ese individualismo, por medio de la publicidad, son quienes conducen al consumismo, que cada vez más nos envuelve. Las madres no están exentas de ello. Las campañas televisivas de la mayoría de productos, muestran mujeres voluptuosas y con pechos prominentes, lo que inconscientemente genera en ellas, una idea de que serán más aceptadas o más atractivas para los hombres si tienen unos pechos firmes y grandes, entonces a la hora de tener un bebé y lactarlo, piensan que sus senos perderán la apariencia deseada y prefieren privar a sus niños de su savia materna, por vanidad. Con todo lo anterior no se quiere dar a entender que la publicidad sea mala, sólo es mal utilizada. Es por esto, que nuestra idea se basa en dar un buen uso de la publicidad, valiéndonos de los medios de comunicación para instruir a las
madres sobre las grandes ventajas de lactar a sus bebés, exponiendo beneficios que rompan el esquema de lo mismo de siempre, tratando de sensibilizar sobre “la vanidad vs la salud”, además, instruyendo sobre la forma correcta y eficaz de hacerlo. En pocas palabras: Mostrar que vale la pena perder un poco de tamaño o de firmeza por el gusto de ver un niño sano.
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